Jardinería

Los orígenes de la jardinería se remontan a unos 7.000 años atrás, cuando los primeros vestigios de esta ancestral práctica se encontraron en la región de Mesopotamia, y parecen estar estrechamente relacionados con la invención del riego artificial, que permitió la plantación de bosques sagrados en montículos elevados. En esta cultura se encuentran los primeros registros de los famosos jardines colgantes de Babilonia, construidos alrededor del año 600 a.C., los cuales constaban de una serie de terrazas escalonadas que albergaban una exuberante vegetación. Por otro lado, en el caso de los jardines egipcios, existen más datos documentados. Los primeros de ellos se construyeron aproximadamente entre los años 1504 y 1483 a.C., y solían tener una forma rectangular con pequeños canales de riego que los atravesaban y, en ocasiones, contaban con estanques. Estos jardines eran conocidos por su variada gama de plantas medicinales y ornamentales que se cultivaban en ellos, y además era común el cultivo en recipientes, como grandes vasijas de arcilla, evidenciando la habilidad y la ingeniosidad de las antiguas civilizaciones en la práctica de la jardinería.

Se cree que los primeros jardines chinos podrían ser aún más antiguos que los mencionados previamente, con registros que datan del año 200 a.C., aunque se creía que era un arte ancestral desde tiempos remotos. Estos jardines se caracterizaban por tener una estructura menos formal en comparación con los jardines egipcios, buscando imitar la naturaleza en su estado más salvaje. Los elementos más destacados en los jardines chinos eran el agua y las piedras, utilizadas de forma cuidadosa para crear un paisaje armonioso. En cuanto a las plantas, se elegían principalmente por su forma y aroma, no tanto por su color, y aunque el césped no se sembraba, el color verde siempre estaba presente en todos los jardines. Sin embargo, esta tradición cambiaría en los jardines japoneses, los cuales se consideraban como lugares de meditación y estaban llenos de simbolismos religiosos taoístas y budistas, alejándose de la costumbre de utilizar césped en los jardines chinos.